Conociendo a nuestros científicos #1
Barbara McClintock
Nació en 1902 en Hartford (Estados Unidos). En 1919 se matriculó en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Cornell, en Nueva York.
Ya desde su época de estudiante se dedicaba a la investigación, desarrollando un método para la identificación de los cromosomas del maíz, con cuya ayuda se podía distinguir cada uno de los cromosomas de cada célula; siguió desarrollando esta técnica a lo largo de toda su vida.
En la Universidad de Cornell fue profesora de botánica y perteneció al grupo de investigación. A partir de 1936 trabajó como profesora ayudante en la Universidad de Missouri, en Columbia, donde permaneció durante cinco años. En 1942 obtuvo un puesto en el Departamento de Genética de la Carnegie Institution en Cold Spring Harbor (Nueva York).
Sus investigaciones se centraron en el campo de la genética, y al igual que los estudios de Mendel, el creador de esta especialidad, los trabajos de la investigadora no tuvieron una excesiva acogida dentro del mundo de la genética. McClintock recibió el Premio Nobel treinta años después de haber comunicado sus hallazgos y de que la comunidad científica reconociera la importancia que habían tenido para el posterior desarrollo de la genética.
Nació en 1902 en Hartford (Estados Unidos). En 1919 se matriculó en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Cornell, en Nueva York.
Ya desde su época de estudiante se dedicaba a la investigación, desarrollando un método para la identificación de los cromosomas del maíz, con cuya ayuda se podía distinguir cada uno de los cromosomas de cada célula; siguió desarrollando esta técnica a lo largo de toda su vida.
En la Universidad de Cornell fue profesora de botánica y perteneció al grupo de investigación. A partir de 1936 trabajó como profesora ayudante en la Universidad de Missouri, en Columbia, donde permaneció durante cinco años. En 1942 obtuvo un puesto en el Departamento de Genética de la Carnegie Institution en Cold Spring Harbor (Nueva York).
Sus investigaciones se centraron en el campo de la genética, y al igual que los estudios de Mendel, el creador de esta especialidad, los trabajos de la investigadora no tuvieron una excesiva acogida dentro del mundo de la genética. McClintock recibió el Premio Nobel treinta años después de haber comunicado sus hallazgos y de que la comunidad científica reconociera la importancia que habían tenido para el posterior desarrollo de la genética.
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